Autoestima: ¿qué factores influyen en ella?

Autoestima: ¿qué factores influyen en ella?

Amor sigue siendo a día de hoy una de las palabras más rimbombantes y seguramente importantes dentro de cualquier lengua. Amor como forma de expresar lo que sentimos por otras personas, ese aprecio, ese cariño que tenemos por todos aquellos que nos importan, desde nuestros familiares más cercanos hasta aquella chica a la que acabamos de conocer, pero que parece convertirse en la persona idónea con la que estar el resto de nuestra vida. Hay millones de canciones, películas, novelas que hablan del amor, desde todas las perspectivas y puntos de vista, pero muy poicas se centran en el amor más importante que debemos sentir, desde bien pequeños: el amor propio. Y es que buscamos amar a los demás y ser amados, pero antes de todo eso debemos aprender a amarnos a nosotros mismos, construyendo poco a poco nuestra propia autoestima para ser las personas que queremos ser.

Seguro que estarás harto de leer sobre este concepto, de oír hablar sobre él, pero si te preguntamos qué es la autoestima para ti, tal vez no sea tan fácil responder. Y es que como cualquier concepto abstracto, este también tiene mucho de subjetivo y personal. Podríamos afirmar que la autoestima es la forma en la que nos vemos a nosotros mismos, la capacidad que tenemos de entendernos, de aceptarnos y de querernos, más allá de lo que hagan los demás. Por eso hay personas que tienen mucha autoestima, algo que es perfecto siempre que no llegue al punto de la soberbia, y otras que, por desgracia, no han sabido construir tan bien esa imagen propia de sí mismos, lo cual les afecta en todas las interacciones sociales, y en su propio mundo interior. Tener una buena autoestima es imprescindible para llevar una vida sana en lo mental y en lo emocional, y aquí te vamos a mostrar algunos consejos que te ayudarán a conseguirlo.

La importancia de tener la autoestima alta

No se trata de creernos mejor que nadie ni tener el ego subido, como muchos piensan cuando se habla de tener alta autoestima. Es sencillamente tener una buena imagen de nosotros mismos, justa, realista, entendiendo nuestros defectos pero también valorando las partes buenas, nuestras virtudes, las que nos hacen ser como somos. Si nos focalizamos solo en la parte negativa, si pensamos que no sabemos hacer nada bien, que somos torpes, poco atractivos o no tan fuertes como para conseguir los retos que nos proponemos, nos estamos autoboicoteando a la hora de llegar a cumplir precisamente esos objetivos, porque nuestra visión propia será muy negativa, algo que nos puede perjudicar bastante. De ahí la importancia de tener la autoestima alta para enfrentarnos al día a día, y aprender a valorarnos y a querernos como somos.

Nuestros triunfos

Cuando tenemos la autoestima baja entramos en una espiral de autoconvencimiento de que no somos capaces de hacer las cosas bien, ya sea por mala suerte, por torpeza o por cualquier otro motivo. Eso nos lleva a creer que todo lo que hacemos está mal, y que siempre que emprendemos algo fracasamos. No somos perfectos, por supuesto, pero eso no significa que estemos considerando una imagen real de nosotros mismos, porque no es así. De hecho, seguro que hemos conseguido un montón de cosas en nuestra vida, y esos triunfos, grandes o pequeños, deben servirnos siempre para recordar lo que somos capaces de hacer cuando nos lo proponemos, cuando sacamos nuestra parte trabajadora y lo damos todo por conseguir un objetivo. No se trata de presumir o alardear, sino solo de ser conscientes de todo lo que hemos conseguido y valorarlo.

La aceptación de uno mismo

En muchas ocasiones, las personas que tienen baja autoestima llegan a este punto por tener unas expectativas demasiado altas de lo que quieren ser o conseguir. Es decir, soñamos con llegar a ser músicos, por ejemplo, pero al no lograrlo, por el motivo que sea, nos sentimos muy frustrados. En lugar de aceptarnos tal y como somos, siempre aspiramos a tener lo que los demás tienen, o a ser como los demás son, porque sentimos que su éxito radica precisamente en esa forma de ser. Aceptarnos a nosotros mismos nos servirá para encontrar nuestro camino, para entender cómo pensamos y cómo somos, y puede ser un primer paso también para cambiar, si es lo que queremos, en busca de nuestra mejor versión. No seremos perfectos, pero no debemos dejar que esos defectos nublen las muchas virtudes y cosas buenas que tenemos.

Tenernos aprecio

Buscamos la aceptación y el cariño de los demás, cuando debemos empezar por encontrar el nuestro propio, que es el más importante. Debemos apreciarnos y conseguir llegar a querernos, aceptándonos tal y como somos, incluso con esas partes que nos gustan menos. Siempre podemos cambiar para mejor, buscar la mejor de equilibrar nuestro propio ser para gustarnos más, pero aceptar que somos como somos siempre es el primer paso. Darnos cariño, permitirnos fallar, no ser tan duros con nosotros mismos, nos ayudará a tener una mejor autoestima, y eso es algo que resplandece ante los demás, que se dan cuenta de que están ante una persona que se quiere y se acepta, incluso en las malas. No hay nada más hermoso en esta vida que quererse uno mismo, porque es la forma más bonita de aprender a querer a los demás.

Regalarnos tiempo

¿Pero cómo se llega a ese punto de aceptarnos y querernos a nosotros mismos? Dedicándonos tiempo para conocernos mejor, en soledad, con  nuestro propio yo, haciendo lo que nos gusta, probando cosas nuevas y explorando nuestra propia mente sin necesidad de tener que hablar con nadie o estar pendientes de otras cosas. Tener tiempo para nosotros mismos es una de las mejores formas de querernos, porque el tiempo es dedicación, es amor en sí mismo, y gastarlo en nosotros nos ayudará a conseguir esa estabilidad que mejorará mucho nuestra autoestima. Ya estés en una relación o vayas por tu cuenta, tengas a mucha gente alrededor, o seas una persona más solitaria, siempre debes buscar un hueco para estar solo contigo mismo y con tus pensamientos.