La autoestima y el orgullo en uno mismo. Claves para llegar a donde queramos en la vida

La autoestima y el orgullo en uno mismo. Claves para llegar a donde queramos en la vida

Si ya hemos definido bien quienes somos, e incluso nos hemos aceptado a nosotros mismos, ahora toca el momento de sentirnos orgullosos de lo que somos. Durante la infancia, se suele trabajar mucho el tema de la autoestima. Los padres muy frecuentemente nos alientan en cada cosa que hacemos, nos dicen que están orgullosos de nosotros o nos dicen aquella frase que tanto nos gusta: ‘¡Muy bien!’.

A partir de ahí cada pequeño esfuerzo que hacemos, cada logro que alcanzamos necesitamos oír esas palabras de aprobación por parte de nuestros padres o de cualquier otra persona que nos importe. Queremos hacer que ellos se sientan orgullosos de nosotros y es en eso en lo que nos volcamos, pues si ellos están orgullosos de nosotros, también nosotros lo estaremos.

Sentirnos orgullos de nosotros mismos en la edad adulta

El modelo de esfuerzo-recompensa funciona muy bien durante la infancia, sin embargo, cuando llega la edad adulta, escuchar estas frases de aprobación se vuelve algo mucho más esporádico y, pese a ello, nosotros no dejamos de esforzarnos para lograr tener la aprobación de los demás.

Nos encanta destacar en nuestro trabajo porque queremos que nuestro jefe nos diga ‘Buen trabajo, nos esforzamos por ser los mejores padres del mundo porque queremos que nuestro hijo nos diga que nos quiere, que le encanta que seamos su padre / madre, o incluso que nos diga que somos el mejor padre / madre del mundo. Todo ello nos hace sentirnos bien con nosotros mismos y eso es exactamente lo que más ansiamos obtener.

El miedo a defraudar a nuestros seres queridos

Podríamos decir pues que nos pasamos media vida tratando de cumplir las expectativas de nuestros padres y la otra mitad tratando de hacer lo propio con nuestros hijos -si es que los tenemos- pero, ¿qué pasa con nosotros? ¿Estamos haciendo realmente lo que deseamos hacer o únicamente lo que los otros desean que hagamos?

Es ahí cuando tenemos que pararnos a pensar qué queremos hacer nosotros independientemente de lo que piensen los demás, sentirnos orgullosos de nosotros mismos sin condicionantes, ser auténticos y estar contentos de serlo.

Si vivimos siempre condicionados por lo que puedan pensar los demás de nosotros nos estaremos equivocando. En cambio, si somos nosotros mismos, serán ellos los que se adapten a cómo nosotros, tendrán que habituarse y aceptarnos porque, un padre siempre querrá a su hijo tanto si es de una manera como de otra.

Cómo lograr sentirse orgulloso de uno mismo

El primer paso que debes hacer para sentirte orgulloso de quién eres es rodearte de personas que tengan una actitud positiva ante la vida. Personas que estén siempre con una sonrisa en los labios, gente alegre con la que basta una simple conversación de unos pocos minutos para sacarte todo el mal humor que puedas tener.

Del mismo modo, tenemos que ir alejando a todas esas personas oscuras y negativas que están siempre con la cara larga, que parece que tienen todos los problemas del mundo y que continuamente hacen una montaña de un pequeño grano de arena. Esto es fundamental ya que las personas negativas o chupasangre, podrían llevarnos por su mismo camino y hacer que acabemos percibiendo las cosas tal y como lo hacen ellos.

A partir de ahí lo que tenemos que hacer es fijarnos unas metas personales. Algunas a corto plazo y fácilmente alcanzables y otras algo más lejanas y complejas. Ir superando poco a poco esos objetivos que nosotros mismos nos hemos impuesto nos harán sentirnos orgullosos y felices.

Talleres para mejorar la autoestima

Para sentirse orgulloso de sí mismo, tenemos que reforzar la autoestima y, para ello, no hay nada mejor que realizar algún tipo de taller al respecto.
En los talleres de autoestima se trata de trabajar sobre las inseguridades y miedos que uno tenga. Se busca encontrar el origen de las valoraciones negativas que uno pueda tener de sí mismo, tratando de eliminarlas y comenzar de cero tratando de que únicamente importen las positivas.

Todo el mundo tiene defectos, y conocerlos y aceptarlos es el primer paso para que podamos tener autoestima. Sí, quizás no sepas hacer bien aquella cosa que tanto te atormentaba antes, pero ahora has logrado superarlo y te has dado cuenta de que puedes ser perfectamente feliz con ese defecto pues tienes otras muchas virtudes que tus familiares, amigos y seres queridos en general adoran de ti.

Hacerse autoregalos fomenta la autoestima

Finalmente, se fomenta el conocer las capacidades y fortalezas de sí mismo, siendo toda una bocanada de aire que nos permitirá darnos cuenta de la cantidad de cosas que hacemos bien. Por último, debemos empezar a querernos a nosotros mismos y si queremos hacernos un regalo de algo que nos haga especial ilusión, no debemos esperar a que otros nos lo hagan. La vida es una sola y el dinero en nuestra cuenta corriente está para utilizarlo. Está claro que no podemos comprarnos absolutamente todo lo que deseemos, pero darnos pequeños caprichos de vez en cuando, nos harán sentirnos bien con nosotros mismos y nos ayudarán a alcanzar la felicidad.